FUERZA
EVALUACIÓN DE 1RM (1 repetición máxima)
El concepto principal sobre el cual toma forma la
estructuración de la evaluación de una repetición máxima es la capacidad
condicional de la fuerza, a partir de allí se debe establecer conceptos que nos
permitan ampliar el espectro interpretativo, es por ello que a continuación se
describen algunas definiciones de autores que han trabajado en profundidad esta
capacidad.
Según González-Badillo (1991), desde el punto de vista
mecánico, la fuerza es toda causa capaz de modificar el estado de reposo o de
movimiento de un cuerpo, así como la causa capaz de deformar los cuerpos, bien
por presión (compresión o intento de unir las moléculas de un cuerpo) o por
estiramiento o tensión (intento de separar las moléculas de un cuerpo).
Asimismo, desde el punto de vista fisiológico, la
fuerza se entiende como la capacidad de producir tensión que tiene el músculo
al activarse. Verkhoshansky (1999), señala que la fuerza es el resultado de una
acción muscular iniciada y sincronizada a través del sistema nervioso. De esta
forma, la fuerza es la capacidad de un músculo o grupo muscular para producir
tensión bajo unas determinadas condiciones. A partir de los conceptos con
anterioridad mencionados, para asuntos del trabajo, la fuerza será utilizada
como la máxima expresión de los músculos para vencer una resistencia y podrá ser vista desde un amplio espectro
multifacético en donde la complejidad del ser humano va a determinar la calidad
y cantidad en la ejecución de los diferentes ejercicios para el establecimiento
del 1 RM.
Mac Ardle (1992) y McDougall (1995), señalan que la
fuerza puede ser medida a través de diferentes procedimientos como la
tensiómetria, la dinamometría, con dispositivos computarizados y a través de la
repetición máxima. Para el caso de este trabajo se tomara como referencia la
evaluación de la fuerza a través de la repetición máxima
Ahora bien, teniendo claridad acerca del concepto de
fuerza, es posible sumergirnos en la evaluación de la misma a partir de un
método utilizado por muchos estudiosos del campo profesional de la educación
física y el deporte, pero para ello primero debemos aclarar que es lo que nos
permite evaluar este tipo de trabajos, Darío Cappa señala que la evaluación
permite las siguientes acciones: Fraccionar cargas de entrenamiento físico,
monitorear evoluciones en los procesos de entrenamiento y comparar resultados
con datos nacionales e internacionales. A partir de esto, es preciso denotar la
importancia de realizar este tipo de evaluaciones a lo largo de un proceso de
entrenamiento, teniendo en cuenta las características de la carga y los
momentos específicos en los cuales es preciso realizar la evaluación para que
finalmente se convierta en un moldeador para adaptar el entrenamiento de la
fuerza al objetivo buscado.
Desde el punto de vista de la evaluación de la fuerza
a través del método de 1rm es posible exponer una de sus mayores ventajas y por
las cuales muchos entrenadores físicos deciden acoger este método como suyo, el
ambiente de evaluación es el mismo de entrenamiento y es necesario que la
evaluación se parezca lo más posible al gesto utilizado en el entrenamiento,
especialmente en cuanto a velocidad de contracción (Sale 1988). Gracias a estas
ventajas es posible la utilización de este método por parte de los preparadores
físicos de cualquier deporte, ya que permite adaptar las condiciones lo más
semejante a lo que el atleta está acostumbrado o que ya ha mecanizado por medio
del trabajo de repeticiones.
Según Tudor O. Bompa (2004), el 1RM “es necesaria
antes de comenzar un nuevo macrociclo para asegurarse de que se consigue el
progreso en la fuerza máxima y de que la nueva carga se relaciona con el
aumento de la fuerza” (p. 52). A partir de esta aclaración propuesta por Bompa
es posible una directa relación entre la intensidad y el número de repeticiones
en las cuales el deportista puede trabajar cada tipo de fuerza, para ello
tomamos como referencia a Anselmi (1996), plantea que “la posibilidad de
realizar repeticiones está íntimamente relacionado con un porcentaje de la
carga pero también con la especialidad deportiva” (p.49). Esto nos da a
entender que un solo método para el trabajo de la fuerza no es suficiente, la
decisión por parte del entrenador sobre las cargas de entrenamiento de la
fuerza van estrictamente relacionadas con el tipo de fuerza especifico en cada
modalidad deportiva.
Ahora bien, existe una dualidad sobre la cual nos
pararemos de forma muy general entre las cargas libres y las maquinas,
expresando principalmente que los trabajo realizados en las maquinas son más
eficientes en cuanto a la economía del esfuerzo, es decir, en el trabajo de
fuerza en una maquina se tiene un apoyo estable sobre el cual los músculos que
no tienen una influencia directa sobre la ejecución del movimiento tienen un
descanso o una carga menor que al realizar el mismo tipo de ejercicio con
cargas libres en donde la columna, la cadera y las rodillas tienen que ejercer
un mayor esfuerzo con el objetivo de brindar la estabilidad al movimiento para
su correcta ejecución técnica. Otra dualidad aunque en ella se puede exponer
con mucha más claridad es entre los sujetos entrenados y no entrenados en la
que evidentemente se refleja que los procesos de entrenamiento de la fuerza se
reflejan en un periodo corto de tiempo con ganancias significativas, sin
embargo este mismo progreso se puede ver disminuido por la falta de
entrenamiento constante de esta capacidad.
El siguiente aspecto que es de vital importancia para
la evaluación de 1RM es la adaptación del deportista a los trabajos de fuerza
máxima, debe dominar perfectamente bien la técnica, a partir de allí Cappa
(1994), propone un periodo de adaptación al entrenamiento de fuerza dividido en
cinco microciclos con objetivos específicos en cada uno de ellos, el manejo de
ejercicios específicos, cantidad de repeticiones y porcentaje es esfuerzo, la
combinación eficiente de estas variables del entrenamiento de la fuerza en un
periodo de preparación sistematizado y controlado finalmente van a permitir la
adaptación del organismo para la realización de entrenamientos de fuerza
específicos.
El método de la evaluación de la fuerza a través de la
obtención del 1RM del deportista, permite al entrenador físico estimar un
aproximado sin tener la necesidad de llevar al deportista hasta el esfuerzo
super-maximo del mayor peso levantado en una sola repetición, es decir, a partir
de la ejecución de un movimiento con un determinado peso en donde el deportista
logre realizar más de una repetición, el entrenador debe ser capaz de utilizar
las matemáticas como mecanismo de aproximación para establecer el porcentaje de
esfuerzo del deportista, el peso y la cantidad de repeticiones dentro de un
rango que el permita el desarrollo de los diferentes tipos de fuerza. Otro tema
de gran importancia es la selección de los ejercicios por parte del preparador
físico acudiendo a los principios de especificidad e individualidad los cuales
van a permitir determinar cuáles son los movimientos con mayor influencia
dentro de la competición y más específicamente los músculos que en el
intervienen con mayor porcentaje de esfuerzo, así como la elección de máquinas
o cargas libres según la implementación deportiva y el tipo de manejo corporal
que el deportista le debe dar a su cuerpo durante la ejecución de los gestos
técnicos en la competencia.
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